Todo lo que piensas, dices y haces tiene una repercusión directa en tu cuerpo y en tu mente.
Por eso es tan importante cultivar un pensamiento sabio, una palabra amable y un acto amoroso.
No puedes ser feliz si en tu cabeza registras
pensamientos destructivos, derrotistas o de baja energía.
No puedes ser feliz si hablas
irrespetuosamente y con falta de agradecimiento.
No puedes ser feliz si lo que haces conlleva
una falta de respecto y gratitud hacia todo lo que llega a tu vida.
De ahí la importancia de hacer una reforma mental sobre todo lo que te has creído y aun sigues utilizando en el día a día. De ahí la apremiante necesidad de comenzar a hablar de una forma consciente, como si cada palabra fuera un ingrediente añadido a algo que luego tu vas a tomar. De ahí la importancia de comenzar a añadir actos correctos, amorosos y buenos en todo lo que hacemos.
Tuyo es el poder, bien para seguir dormido o para hacer desde la presencia que te aporta la respiración consciente y la observación profunda.
¡Recuerda que tú eres la vida;
estás desarrollándola en todo momento!