23 mar 2012

Mi alma habla



El escrito de hoy, puedes leerlo con o sin música, aunque, si lo haces con la música que propongo y estás muy sensible, será fácil que te emociones. Lo dejo a tu elección:


  
Me entristece ser feliz en un mundo donde hay tanto dolor y sufrimiento, pero debo seguir sonriendo, para compartir un poco de cordura y dicha a tanta oscuridad. Hoy siento que mi corazón late con menos alegría por el conocimiento de que la madre tierra sufre por que sus hijos no la respetan. Hoy siento mi alma encogida por el conocimiento de que esta gran familia pospone el amor a la codicia y la ambición, sin darse cuenta que ese camino le separa de la verdadera dicha.

Me duele el alma al pensar que seguimos dormidos, aun sabiendo que todo sigue un plan divino y que debe ser así, como si mi pastilla se hubiera terminado y me hubieran obligado a despertar antes de tiempo.

¿Cómo puede una madre
superar el dolor de la pérdida de un hijo,
sino es a través del profundo conocimiento
de que todo está en continuo cambio
presa de la impermanencia de la vida?

Hoy solo quiero decirte una cosa: te amo, y repetirla en cada aliento que la vida me regale, para, de alguna forma hacerte saber que tú también estas despertando y sientes que lo más hermoso que un alma puede hacer para volar es amar por encima de cualquier cosa y que para vivir hace falta muy poco, tan poco que podríamos guardarlo en nuestro pequeño corazón en forma de dicha tras darlo todo.

Disculpa mi sensibilidad y mi transparente forma de escribirte, hermano mío, pero no he podido retener el deseo de hacerte saber, si estás ahí, que te amo siempre y que tu luz seguirá brillando, pase lo que pase, en ese destello de cordura que hay en cada instante de nuestra vida, en cada cosa que piensas con equilibrio, en cada palabra que regalas desde el cariño y en cada gesto que alumbra al mundo. 

No permitas que el día se vaya sin haber regalado una sonrisa, sin haber alegrado el día a alguien o sin haber compartido un poco de dicha con todos los que te rodean. Tú eres la luz que ilumina el oscuro mundo donde la vida se desarrolla y permites que la semilla del amor de frutos mañana. Pero, recuerda que las semillas hay que plantarlas hoy y que tú tienes ese poder divino dentro de ti, el cual, te ayudará a afrontar la gran dificultad de amar en un mundo lleno de pena y desdicha, con la única misión de alumbrar el camino hacia el corazón. 

Un abrazo inmenso que siento en mí, de ti, en este instante.