15 mar 2012

¿Estas viviendo el día de hoy?



Seguimos creyendo que vivir es haber hecho lo que se supone que tenemos que hacer, dejando un día más detrás de nuestra existencia, pero vivir es mucho más que realizar las habituales actividades mundanas distraídos por pensamientos que nos roban nuestro verdadero poder como seres divinos. Vivir se apoya en la voluntaria forma de seguir en contacto con esa sensación interior de dicha que te proporciona estar despierto y que podemos alcanzar con la práctica diaria.

Podemos seguir viviendo entre altibajos mentales de felicidad y tristeza, en los que la desdicha es mucho más profunda que los estados puntuales de bienestar, o podemos comenzar a recorrer el sendero hacia un nuevo enfoque de vida, apoyado en la presencia.

Nuestra mente es un incansable guerrero dispuesto a luchar para tener todo el protagonismos de nuestra existencia, pero, ante la respiración consciente no tiene nada que hacer, siempre y cuando la mantengamos el tiempo suficiente y estemos alerta en todo momento, pues, en cuanto bajemos la guardia, la mente volverá, siempre dispuesta y decidida, a gobernar nuestra vida, llevándonos hacia el pasado y el futuro, en el que el presente muere y la ilusión vuelve a dormir nuestro poder.

¿Cómo es tu respiración ahora?
¿Eres feliz en este preciso momento?

Si la respuesta es negativa, es que estás bajo el control de la mente, de alguna cuestión mental que activa tus funciones vitales ante el “ilusorio peligro” que acecha en “la mente”.

Para un momento, siéntate y respira con calma, suelta el aire, llena de nuevo, suelta otra vez hasta que estés en calma y abre los ojos. Observa qué ves y te darás cuenta de que no pasa nada, de que la vida no es otra cosa que una sucesión de acontecimiento impermanentes que podemos observar y de los que podemos participar desde la presencia.

La auténtica felicidad nace en la presencia. La mente siempre es cuna de ilusiones, enfermedad y sufrimiento, y por eso es tan importante trabajar con disciplina para estar alertas, despiertos a cada instante mágico del presente que siempre está moviéndose en un eterno nacer y morir, del que podemos ser protagonistas en primera fila si lo deseamos.

Si deseas vivir este momento, para, respira y abre los ojos para ver lo que ocurre desde una mente en calma. Pronto verás que la vida es simplemente eso, un nacer y morir constante del que la mente nos saca con sus ilusiones para hacernos perder la realidad y sumirnos en el sufrimiento.

¡La vida es sencillamente eso,
un acontecimiento que sucede a otro
y del que nosotros podemos participar
sabiendo que todo es perecedero.
Esto nos trae la dicha eterna!