21 mar 2012

Estado de dicha y presencia



Deseamos estar bien, ser dichosos y disfrutar de la felicidad pero, ¿estamos haciendo lo que debemos para crear las condiciones adecuadas para que este estado nazca y nos embriague con su esencia?

La presencia, estado en el que uno conecta con profundidad con el ritmo de la vida y su sentido, es algo que crece con la práctica. A través de ella aprendemos a gestionar nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros sentimientos, nuestra forma de comunicarnos y, por lo tanto, el destino que vamos creando en cada paso que damos.

Desde la presencia despertamos al único momento en el que podemos percibir lo que es realmente existir en el plano físico, el presente, para entender su funcionamiento y aprender a comunicarnos con la vida de una forma fluida y correcta.  

La presencia es el primer pilar que uno debe construir para hacer nacer la dicha en cada día de su vida, sin presencia no hay conciencia ni control de la intención de cada uno de nuestros latidos, pensamientos, palabras y actos.

La vida sigue avanzando mientras nosotros envejecemos. Si deseas comprender que todo es impermanente, debes elevar tu capacidad de conectar con la vida en cada mágico momento en el que todo ocurre, pues esto te hará dichoso, haciéndote comprender que las cosas son como son, que todo sigue un plan divino y que la dicha emerge cuando dejamos de analizar, evaluar o controlar lo que esta fuera de nuestras manos.


Tú eres un mero espectador que, a lo sumo,
puede aportar su pequeño granito de arena,
aunque, si lo haces con presencia, gran observación y
un profundo y correcto uso de tu poder,
además de espectador, serás creador de todo lo que ocurre.


Comienza a respirar, en este instante, conscientemente del valor de dicha oportunidad. Observa como respirar conscientemente sosiega tu mente y apaga la sed de tu alma por expresarse. Conecta con cada latido de vida, con cada sensación corporal vital, emoción nacida o pensamiento proyectado, y permite que la energía de amor se exprese a través de ti, pues tú eres un canal divino que el universo y creador utiliza para expresarse.

Un inmenso abrazo.