25 abr 2012

Cuerpo físico, pensamiento, emociones y energía



Mientras habitamos en el cuerpo físico, debemos tener en cuenta que este va a estar  acompañado por otros tres más con los que va a definir una estrecha relación continuamente.

De ahí la importancia de aprender a construir un sistema de creencias sabio que nos acompañe durante nuestra existencia. De igual manera es importante aprender a gestionar nuestras emociones para, con dulzura, aprender cual es su naturaleza y cómo pueden facilitar o impedir nuestro crecimiento como seres de luz. 

La salud y la enfermedad están ligadas a estados mentales, emocionales y energéticos desequilibrados. Esto no quiere decir que una persona enferma esté mentalmente mal, emocionalmente desequilibrada o energéticamente descuidada, sino que, la enfermedad nos indica que debemos trabajar algo en alguno de los cuerpos que constituyen nuestro ser espiritual para recuperar el equilibrio. 

Si trabajar el cuerpo mental y emocional es importante, no debemos descartar tener en cuenta el cuerpo energético, el cual, es una proyección de los tres anteriores. Este es más sutil y a veces, por descuido, se quiebra y deja pasar energías que pueden, no solo crear enfermedad, sino, destruir nuestro estado de dicha. Lo que nos invitaría a fortalecerlo desde el cuerpo físico, emocional y mental para pulirlo, abrillantarlo y fortalecerlo mientras existamos.

No obstante y, pase lo que pase, siempre podemos recuperar el rumbo personal, y para ello hay que empezar por volver a conectar con el acto más profundo y sabroso que podemos experimentar en vida, la respiración consciente. Respirar de forma consciente durante un periodo lo suficientemente largo como para recuperar la calma, conectar con la verdad de que nada tiene tanta importancia como ser consciente de ese continuo intercambio que nos permite seguir viviendo y compartiendo con los demás.

Alimentar el cuerpo es muy importante, pero tanto o más es tener en cuenta los pensamientos, la forma de comunicarnos y la manera de existir que desarrollamos durante nuestra existencia. 

Una vez que sabemos que todo está interconectado, podemos pararnos a valorar la importancia de cada acto que desarrollamos, yendo un poco más allá, observando la intención que respalda lo que pensamos, hablamos y hacemos.

Cada segundo de nuestra existencia estamos participando en la creación de todo lo que vemos, de ahí la importancia de equilibrar, pulir y enfocar todo lo que somos, desde el cuerpo físico hasta el energético. 

Un abrazo de luz para todos.