Mientras habitamos en el cuerpo
físico, debemos tener en cuenta que este va a estar acompañado por otros tres más con los que va
a definir una estrecha relación continuamente.
De ahí la importancia de aprender
a construir un sistema de creencias sabio que nos acompañe durante nuestra
existencia. De igual manera es importante aprender a gestionar nuestras
emociones para, con dulzura, aprender cual es su naturaleza y cómo pueden
facilitar o impedir nuestro crecimiento como seres de luz.
La salud y la enfermedad están
ligadas a estados mentales, emocionales y energéticos desequilibrados. Esto no
quiere decir que una persona enferma esté mentalmente mal, emocionalmente
desequilibrada o energéticamente descuidada, sino que, la enfermedad nos indica
que debemos trabajar algo en alguno de los cuerpos que constituyen nuestro ser
espiritual para recuperar el equilibrio.
Si trabajar el cuerpo mental y
emocional es importante, no debemos descartar tener en cuenta el cuerpo
energético, el cual, es una proyección de los tres anteriores. Este es más
sutil y a veces, por descuido, se quiebra y deja pasar energías que pueden, no
solo crear enfermedad, sino, destruir nuestro estado de dicha. Lo que nos invitaría
a fortalecerlo desde el cuerpo físico, emocional y mental para pulirlo,
abrillantarlo y fortalecerlo mientras existamos.
No obstante y, pase lo que pase, siempre podemos recuperar
el rumbo personal, y para ello hay que empezar por volver a conectar con el
acto más profundo y sabroso que podemos experimentar en vida, la respiración
consciente. Respirar de forma consciente durante un periodo lo suficientemente
largo como para recuperar la calma, conectar con la verdad de que nada tiene
tanta importancia como ser consciente de ese continuo intercambio que nos
permite seguir viviendo y compartiendo con los demás.
Alimentar el cuerpo es muy
importante, pero tanto o más es tener en cuenta los pensamientos, la forma de
comunicarnos y la manera de existir que desarrollamos durante nuestra existencia.
Una vez que sabemos que todo está
interconectado, podemos pararnos a valorar la importancia de cada acto que
desarrollamos, yendo un poco más allá, observando la intención que respalda lo
que pensamos, hablamos y hacemos.
Cada segundo de nuestra
existencia estamos participando en la creación de todo lo que vemos, de ahí la
importancia de equilibrar, pulir y enfocar todo lo que somos, desde el cuerpo
físico hasta el energético.
Un abrazo de luz para todos.