Te invito a introducirte en este
texto con la suficiente presencia como para ser consciente de tu respiración
por el tiempo que estés leyendo. Para que esto sea así, presta atención a tu
respiración, aquí y ahora, todo el tiempo. Modula tu postura hasta que tu
cuerpo esté haciendo uso de la mínima energía para mantener una posición cómoda.
Continúa respirando y, a la vez
que conectas con tu cuerpo y con la sensación de dicha que provoca estar aquí y
ahora, pon una sonrisa en tu rostro.
¿Cómo te sientes?
No respondas, deja que la
respuesta se la lleve el silencio y sigue respirando, conectando con tu cuerpo
con tacto, con mucho tacto. Sigue respirando y manteniendo tu cuerpo relajado.
Como puedes ver, cuando uno
centra su atención en la respiración, la mente se calma y si la mente se calma,
el cuerpo se relaja y cuando sucede esto surge la voz del corazón, la cual,
sabe mucho sobre la verdad.
Ahora, observa esta frase:
“La felicidad es un estado
voluntario, consciente y constante de existir”
La dicha interior es una forma de
existir y para despertarlo hay que dar una serie de pasos. Un alma feliz se
apoya en la sabiduría de estar sin más, comprendiendo que todo lo que ocurre
sigue un plan divino, que todo ocurre como tiene que ocurrir, aportando su
conciencia y su luz con total presencia, responsabilidad y poder interior.
La felicidad nace en el
equilibrio de observar el dolor y el sufrimiento como una parte más de la
vivencia en este plano físico. La felicidad nace cuando uno vive la tristeza de
la perdida y del sufrimiento ajeno con total profundidad. Cuando uno, a pesar
del placer y el dolor, se mantiene presente y continúa experimentando la vida, compartiendo
la verdad de que la vida es una oportunidad de trascender la mortalidad del
cuerpo, de los pensamientos y de las emociones, hacia esa energía universal que
lo mueve todo eternamente, el amor.
“La felicidad surge en la conciencia
de que vivimos para amar”
Estar feliz es simplemente
aprender a estar aquí y ahora, con todo lo que conlleva. Aprender a estar con
el único papel de ser consciente de que tenemos el poder de amar y la oportunidad de estar y ser parte de la
intención creadora.
Me pregunto si aún sigues
observando tu respiración, si aún sigues manteniendo tu cuerpo relajado… Si es
así, te voy a pedir que centres tu atención en el pecho y que dejes que tu
poder divino de amor se expanda por toda la Tierra, sembrando amor allá por
donde vaya.
Gracias de todo corazón hermano
mío… gracias… muchas gracias.