31 may 2012

Tiempo de amar



Hace poco, descubrí que se puede despertar del sueño de la mente, y aun así, seguir existiendo apoyado en el miedo y la incertidumbre.

La esperanza hacia un mundo en el que cada una de las almas que lo habitan tenga la oportunidad de vivir la dicha interior, muere en cada falso paso que dan los que dicen “estar despiertos, iluminados o por fin conectados”.

Sin embargo, la fe de los que realmente están poniendo todo de su parte, esos que simplemente piensan, comunican y hacen todo lo que está en sus manos desde el corazón, aquellos que dan todo lo que tienen, aquellos que enamoran con cada acto al más incrédulo, derraman un río de esperanza hacia ese posible contexto planetario donde todos podamos tener la oportunidad de dedicar nuestra existencia a amar y ser felices.

Sabemos que “todo es cómo debe ser” y que la vida en este planeta “sigue una razón divina, a pesar de que el sistema esté en manos de uno pocos” pero, cuando uno mira fuera y observa lo que está ocurriendo, siente que, al igual que nos animales no pueden hacer nada para mejorar su vida, pues dependen de lo que hagan los humanos, los humanos no pueden hacer nada por mejorar su vida en este planeta si siguen dirigiendo sus pasos a través de la mente, pues, ella es la cárcel donde se está gestando todo.

Él corazón mueve ficha cuando le dejamos  y cuando lo hace, se nota. Pero, ¿qué es exactamente dirigir nuestra vida desde el corazón? Si la mente atrapa y condena nuestro tiempo de vida desconectándonos de todo lo que nos rodea, invitándonos a asegurarnos un trozo más de futuro inconsciente, vivir desde el corazón es agradecer, sentir y vivir el instante que cada momento nos regala, haciendo de él algo amoroso, compasivo y compartido dentro de este gran decorado que hemos decidido llamar planeta Tierra.

Todos sabemos, en lo más profundo de nuestro ser, que el corazón no está presente en nuestra vida y que el miedo es el líder de casi todo lo que hacemos, pero, ahora lo sabemos y esto ya es un gran paso. Una vez que sabemos dónde estamos, podemos decidir confiar un poco más en el sabio corazón, aumentar nuestra capacidad de estar en contacto con la vida y hacer algo totalmente distinto a lo que hasta ahora hemos hecho.

Aquí y en este preciso instante, puedes mostrar amor en lo que estés haciendo, puedes liberar tu energía amorosa para hacérsela llegar a todos los que desees. Para lograr que este amor ilumine el sendero de tu vida y la de los demás, debe ser expresado, liberado de su prisión, parido en un mundo necesitado de su presencia.

Liberemos el amor que clama dentro de nuestro corazón desde la sencilla presencia de pensar, hablar y existir amorosamente...


Hagamos aquellos que tanto miedo nos da o que tan poco encaja con nuestro "papel" en el mundo, aquello que difiere de nuestra habitual forma de hacer las cosas, apoyándonos en el simple placer de amar por amar... es tiempo de amar, pues ya no hay más tiempo que perder en pensar hacerlo... Sabemos que somos amor, dejémoslo salir...