La verdad nunca será encontrada
por la mente, ya que esta reside en el dulce silencio y es visitada por los
valientes que tienen el arrojo de dejar sus deseos, ambiciones y miedos
apartados en un lado del camino para continuar la experiencia de la vida sin
nada más que su humilde compañía hacia la verdad suprema.
¿Pero, qué es la
verdad suprema?
Seguimos investigando, asistiendo
a retiros de yoga, meditación y demás, sin darnos cuenta de que todas y cada
una de las respuestas están ya en nosotros. Seguimos asistiendo a charlas de líderes
y maestros que dicen haber alcanzado la dicha perdiendo nuestro propio poder
sobre la verdad que ya somos.
La senda hacia la verdad suprema
está dentro de nuestro corazón y para alcanzarla debemos profundizar en
nosotros mismos.
“Tú eres la verdad.
Descúbrete”
La enfermedad y el sufrimiento nos
indican que estamos desconectados de nuestra verdadera esencia. En cuanto se
manifiestan estos estados de vibración, sabemos que estamos perdiendo la
conexión con nuestra verdadera fuente de energía interior. Para volver a
recuperar nuestro equilibrio y manifestar la verdadera energía divina que somos,
debemos recuperar el control de nuestra existencia y para conseguirlos propongo
estos pasos:
- Respira conscientemente hasta que estés en calma.
- Siente tu silencio interior y disfruta de él.
- Amate y ama.
Podemos elegir entre existir
guiados por el corazón o vivir dormidos en la mente. Pero lo más importante es
que podemos
elegir siempre y en cualquier momento.
Tú, hermano mío, eleva tu luz y
haz de tu vida una experiencia SUPREMA, en la que el miedo, la confusión, la
pena y la enfermedad, sean solo meros visitantes temporales de tu más excelsa
presencia amorosa.
Pon una luz más en el universo,
cuento contigo…