Son muchas las veces que nos
hemos planteado hacer un cambio en nuestra vida pero, por alguna razón, dicha
idea muere con el tiempo. No obstante, hay veces que no es una idea, ni
siquiera un deseo, sino una necesidad interior que viene en forma de llamada del
corazón, que no podemos parar, como un tornado que nos atrapa y fuerza a dar
ese paso que tanto miedo e incertidumbre nos provoca.
Me vais a permitir tomarme la
licencia de nombrar a esta sensación “la llamada interior”. Cuando esto sucede
estamos en un momento ideal para atravesar todas las dudas y miedos y comenzar
a crear, desde ese primer paso, una nueva forma de vivir.
En muchas ocasiones esta llamada interior es provocada por
un fortuito accidente, despertada en la perdida de un ser querido, debido a un
cambio drástico en algún contexto esencial de nuestra vida o simplemente por la
extrema y desagradable cantidad de sufrimiento
que llevamos tiempo soportando.
Independientemente de la razón
que enciende dicha llamada interior, en muchas ocasiones, convergemos en un punto que suele invitarnos a decidir entre seguir viviendo como hasta ahora o romper el molde y cambiar de vida. En muchas ocasiones muchos de nosotros nos planteamos si es útil seguir
viviendo. Si el deseo de felicidad es más grande que el sufrimiento que estamos
viviendo, seguiremos avanzando guiados por dicha llamada interior, y daremos,
por fin, ese paso que tanto necesitamos.
Si deseas comenzar a participar
de una nueva vida, da ese paso que tanto necesitas y comienza a introducir en
tu vida pensamientos, palabras y actos que vayan en armonía con un enfoque
nuevo, amoroso y presente.
Escucha la llamada interior y
añade a tu vida una práctica que te de presencia, libertad y alegría, ya que pronto
nacerán los frutos que tanto tiempo llevas esperando, especialmente el de la felicidad.